Los riesgos laborales en peluquerías
Cortes y heridas: El uso constante de herramientas afiladas como tijeras, navajas, y maquinillas de afeitar pueden provocar cortes y heridas tanto a clientes como a trabajadores. Lesiones musculares: La realización de cortes y peinados requiere de posturas incómodas y movimientos repetitivos, lo que puede provocar lesiones musculares y problemas de espalda. Problemas respiratorios: La exposición a productos químicos como tintes y lacas puede provocar problemas respiratorios, como asma o irritación de las vías respiratorias. Quemaduras: El uso de herramientas como planchas y secadores de pelo puede provocar quemaduras si no se utilizan correctamente o si no se toman las medidas de seguridad necesarias. Estrés emocional: Los peluqueros pueden estar expuestos a situaciones estresantes, como clientes exigentes o problemas personales, lo que puede provocar estrés emocional. Riesgos eléctricos: El uso de herramientas eléctricas como secadores de pelo y planchas puede provocar riesgos eléctricos si no se utilizan correctamente, en especial si están en contacto con productos químicos o líquidos.
¿Qué es el reconocimiento médico laboral?
Se trata de un reconocimiento que se realiza a la plantilla de una empresa y consiste en la obtención de información a través de pruebas médicas, exploraciones y preguntas. El objetivo principal es detectar cualquier tipo de problema de salud derivado de los riesgos asociados a su puesto de trabajo. Una vez realizado el reconocimiento y en base a las pruebas obtenidas, el responsable informa de si se es apto o no para el trabajo que se está realizando. En caso de que sea necesario, también puede ofrecer recomendaciones sobre medidas preventivas. En todo momento se respeta el derecho a la confidencialidad y a la intimidad de los resultados de los trabajadores. Por esta razón, a la compañía solo se le informa de si el empleado está capacitado para el puesto de trabajo. Tipos de reconocimientos médicos en la empresa Si empiezas a trabajar para una empresa, lo más normal es que tengas que someterte a un reconocimiento inicial. Una vez te incorpores al puesto de trabajo, tendrás que hacer un reconocimiento periódico, generalmente, cada año. También existe el reconocimiento tras una baja prolongada por accidente o por enfermedad. Si en algún momento terminas la relación laboral con la compañía, es probable que tengas que realizar un reconocimiento médico voluntario para detectar alguna variación en la salud por el trabajo que has desempeñado.
Semana Europea de la Seguridad y Salud en el Trabajo
La Semana Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, que se celebra cada año en el mes de octubre (semana 43 del calendario), es uno de los puntos más destacados de todas las campañas «Trabajos saludables». Con centenares de actos de concienciación sobre la materia organizados en el conjunto de la UE y otros lugares del mundo, y dada la gran cobertura mediática que recibe de los medios de comunicación, la Semana Europea constituye la oportunidad ideal para participar en la campaña. Entre las actividades que se celebran durante la Semana Europea cabe mencionar, entre otras, proyecciones de películas, eventos en las redes sociales, conferencias, exposiciones, concursos y sesiones de formación. Si tiene previsto realizar una actividad de concienciación o desea poner en marcha un proyecto a más largo plazo sobre seguridad y salud, y cree que podría encajar en la campaña «Trabajos saludables», la Semana Europea es la oportunidad perfecta para garantizar que su evento reciba la atención que merece. Organizada por la EU-OSHA y sus socios, cada Semana Europea tiene como tema central el de la campaña y tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de una gestión activa y participativa de la seguridad y la salud en el lugar de trabajo. Su centro de referencia nacional puede facilitarle más información sobre las actividades que se celebran en su región durante la próxima Semana Europea, y tal vez también pueda ayudarle a organizar un evento.
Los accidentes «in intinere».
Durante el año 2020, la siniestralidad laboral se ha visto directamente afectada por la irrupción del virus del SARS-CoV-2. La crisis derivada de la pandemia precisó la adopción de diversas restricciones laborales y sociales en España, que repercutieron sobre la población trabajadora. Como consecuencia de este impacto, los datos que se reflejan en este informe tienen un carácter excepcional. En concreto en 2020, se produjeron 2.455 accidentes de trabajo con baja en jornada de trabajo y 327 accidentes in itínere por cada 100.000 trabajadores/as afiliados/as a la Seguridad Social, un 18,7% y un 30,7% menos que en 2019, respectivamente. En España, durante el año 2020, se registraron 505.528 accidentes de trabajo con baja. La mayoría se produjeron durante la jornada laboral, en concreto 446.195 accidentes, que suponen el 88,3 %. El resto, 59.333 accidentes, tuvieron lugar durante el trayecto del domicilio al centro de trabajo o viceversa; son los que se denominan accidentes de trabajo con baja in itinere. Cómo saber que un accidente de trabajo es in itinere (o no). Se deben cumplir una serie de requisitos: ESPACIAL Este requisito viene a especificar que el accidente debe ocurrir en la travesía entre el domicilio del trabajador/a y el centro de trabajo. Incluyendo además el momento anterior o preparatorio al viaje, por ejemplo, de camino al automóvil. En cuanto al domicilio, la jurisprudencia ha extendido recientemente el concepto, por lo que ahora además del domicilio habitual del trabajador/a se considerará in itinere el accidente producido en el desplazamiento con destino al segundo domicilio (pudiendo ser la casa donde pasa los fines de semana). CRONOLÓGICO Según el cual el accidente debe producirse dentro del tiempo que se invierte habitualmente en el desplazamiento, implicando que el recorrido también sea el frecuente. Las interrupciones son interpretadas con amplitud por la jurisprudencia, determinando que si la parada no rompe el vínculo causal domicilio-trabajo se mantendrá reconocido como desplazamiento motivado por el trabajo. MECÁNICO Haciendo referencia al medio de desplazamiento utilizado por la persona trabajadora para realizar dicho trayecto, se destaca que el transporte empleado debe ser el habitual y seguro. ¿Cuándo y cómo debo notificar un accidente de trabajo? El empresario deberá notificar a la autoridad laboral los daños para la salud de los trabajadores a su servicio que se produzcan con motivo del desarrollo de su trabajo. La notificación de los accidentes de trabajo se deberá realizar, por vía electrónica, según lo dispuesto en la Orden TAS/2926/2002, de 19 de noviembre, a través del Sistema de Declaración Electrónica de Accidentes de Trabajo (Delt@). Los documentos a notificar y plazos son los siguientes: Parte de accidente de trabajo Deberá ser remitido a la Entidad Gestora o Mutua en el plazo máximo de cinco días hábiles desde la fecha en que ocurrió el accidente, o desde la fecha de baja médica. Relación de accidentes de trabajo ocurridos sin baja médica Deberá ser remitido mensualmente a la Entidad Gestora o Mutua, en los cinco primeros días hábiles del mes siguiente al de referencia de los datos. Relación de altas o fallecimientos de accidentados Debe ser cumplimentado una vez al mes por la Entidad Gestora o Mutua, relacionando aquellos trabajadores cuya alta médica se haya recibido a lo largo del mes independientemente de la fecha del alta. Comunicación urgente Para el caso de accidente considerado grave, muy grave, mortal o múltiple (más de cuatro personas), el empresario, además de cumplimentar el correspondiente modelo, deberá comunicarlo en el plazo máximo de veinticuatro horas a la autoridad laboral.
¿Es obligatoria la formación en PRL para los trabajadores?
Según el artículo 19 de la Ley de PRL, «el empresario deberá garantizar que cada trabajador reciba una formación teórica y práctica, suficiente y adecuada, en materia preventiva». ¿Cuándo se debe realizar la formación en PRL? La formación en PRL es obligatorio realizarla en el momento de contratación, independientemente de la duración y el tipo de contrato. ¿Cada cuánto hay que hacerla de nuevo? La Ley de Prevención de Riesgos Laborales marca que, si las funciones del puesto son modificadas, se introducen nuevas tecnologías o se producen cambios en los equipos de trabajo, adaptando la formación para abordar de forma efectiva los nuevos riesgos. Será la evaluación de riesgos inherentes al puesto de trabajo la que determine si se tiene que impartir de nuevo una formación con contenidos diferentes o repetirla para refrescar conocimientos si se ve necesario. ¿Qué modalidad de formación es válida? En Europreven llevamos a cabo las siguientes modalidades: Formación en PRL presencial, online y a distancia. Importante: si tu empresa pertenece al convenio de la construcción o del metal los trabajadores y personal directivo obligatoriamente deben realizar formación de acuerdo al convenio, esta formación debe ser impartida por un Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, el cual haya sido acreditado por la Fundación Laboral de la Construcción. En Europreven Alcalá contamos con técnicos acreditados, contacta con nosotros y te informaremos.
Orden y limpieza en los lugares de trabajo
En cualquier actividad laboral, para conseguir un grado de seguridad aceptable es especialmente importante garantizar y mantener el orden y la limpieza. Son típicos los accidentes en forma de golpes y caídas como consecuencia de un ambiente desordenado o sucio, con suelos resbaladizos, materiales colocados fuera de su lugar y acumulación de material sobrante o de desperdicios. A continuación, se proponen una serie de actuaciones fundamentales para garantizar el orden y la limpieza: Eliminar lo innecesario y clasificar lo útil: se deben facilitar los medios para eliminar lo que no sirva, estableciendo criterios para priorizar la eliminación y clasificar en función de su posible utilidad. Acondicionar los medios para guardar y localizar el material fácilmente: se deben guardar las cosas en función de quién, cómo, cuándo y dónde ha de encontrar lo que busca, creando la costumbre de colocar cada cosa en su lugar y eliminar de forma inmediata todo lo que no sirva, recogiendo las herramientas de trabajo en soportes o estantes adecuados que faciliten su identificación y localización. Se asignará un sitio para cada cosa procurando que cada cosa esté siempre en su sitio. Cada emplazamiento estará concebido según su funcionalidad y rapidez de localización, delimitando las zonas y señalizando dónde ubicar las cosas. Evitar ensuciar y limpiar después: se debe eliminar y controlar todo lo que puede ensuciar. Además, se debe organizar la limpieza del lugar de trabajo y de los elementos clave en los momentos, medios y forma adecuados para que las operaciones de limpieza no constituyan por sí mismas una fuente de riesgo para los trabajadores que las efectúen o para terceros. A veces es preferible hacerlo fuera de las horas de trabajo. La limpieza debe servir como medio de control del estado de las cosas. Las personas que realicen los trabajos de limpieza deberán estar perfectamente entrenadas y dotadas de los elementos de protección personal necesarios en función de los riesgos a los que puedan verse sometidas. En particular se deben eliminar con rapidez los desperdicios, las manchas de grasa, los residuos de sustancias peligrosas y demás productos residuales que puedan originar accidentes o contaminar el ambiente de trabajo. Para ello deben existir los recipientes adecuados en los lugares donde se produzcan los residuos y eliminarlos diariamente. Se han de evitar los pisos resbaladizos por aceites o grasas. La limpieza de los suelos se realizará utilizando detergentes o jabones, evitando el uso de hidrocarburos o productos químicos corrosivos. También han de limpiarse periódicamente ventanas y paredes para que no impidan la entrada de la luz natural; mantener limpios los vestuarios, armarios, duchas, servicios, etc.; implicar al personal del puesto de trabajo en el mantenimiento de la limpieza del entorno y de los equipos de trabajo y controlar aquellos puntos críticos donde se genera suciedad. Favorecer el orden y la limpieza: para ello las características de los suelos, techos y paredes serán tales que permitan su limpieza y mantenimiento. También habría que normalizar procedimientos de trabajo acordes con el orden y la pulcritud, formar al personal para que no almacene materiales en zonas de paso o de trabajo, señalizar pasillos y zonas de paso utilizando códigos de colores y escoger superficies de trabajo y de tránsito fácilmente lavables. Gestionar correctamente el contenido de los cuatro apartados expuestos es, también, una tarea importante; para ello, es necesario facilitar la comunicación y la participación de los trabajadores para mejorar la forma de realizar las cosas, fomentar la creación de nuevos hábitos de trabajo, ser riguroso en su implantación y responsabilizar individualmente a los mandos intermedios y a los trabajadores. En definitiva, el orden y la limpieza son aspectos clave que dan una idea clara del estado de seguridad de una empresa, logran un aprovechamiento más racional del espacio y facilitan enormemente la adopción de ulteriores medidas preventivas.
Cómo prevenir un golpe de calor.
Como prevenir un golpe de calor. Estas semanas hemos repasado algunas recomendaciones y síntomas del golpe de calor, sin embargo, hoy vamos a hablar de la prevención para golpes de calor: Es clave evitar realizar las acciones con mayor exposición al calor o de mayor exigencia física en los horarios centrales del día, y situarlas al inicio o al final de la jornada laboral. Realizar pausas con frecuencia en lugares con sombra y buena ventilación, especialmente si empezamos a sentir sensación de mareo o sofoco. Reducir la intensidad de la actividad física en los momentos de mayor temperatura, reduciendo el ritmo laboral todo lo que sea necesario. Beber agua abundantemente y de manera continuada, ya que la deshidratación es uno de los principales factores de riesgo para sufrir un golpe de calor. Vestir adecuadamente, con ropa amplia, fresca y que transpire. Cubrir siempre la cabeza, ya que es una de las partes del cuerpo que se ve más afectada por las elevadas temperaturas. Es clave intentar tener siempre alguna otra persona cerca para que, en caso de vernos afectados por el golpe de calor, pueda dar la alarma y tomar las acciones previstas. Nunca debemos trabajar solos o aislados del resto en situaciones de riesgo.
Higiene postural en trabajos de pie.
Higiene postural en trabajos de pie Trabajar de pie durante largos periodos puede ser fuente de problemas de salud para los empleados si no se toman las medidas preventivas adecuadas. Aunque el estar de pie es una posición natural del ser humano, conviene prestarle atención a nuestra higiene postural la hora de mejorar la salud en el trabajo. En muchos sectores y profesiones, trabajar de pie es indispensable para el correcto desarrollo de las tareas. Por ello es clave seguir unas pautas básicas para evitar lesiones y problemas a largo plazo: La altura del plano de trabajo debe permitir trabajar con la espalda recta, el cuerpo erguido y, si es posible, apoyar los brazos en una postura natural. Se debe evitar estar parado por largos periodos de tiempo, ya que la columna sufre más en posiciones estáticas que cuando estamos en movimiento. Si tenemos que agacharnos, debemos mantener el tronco recto y flexionar las piernas y la cadera, especialmente si debemos cargar peso. El calzado es clave, debe ser cómodo, sin tacones altos ni suela totalmente plana. Lo ideal es un tacón fino de entre 1,5 y 3 cm de grosor. Es muy recomendable contar con un reposapiés que nos permita mantener uno de los pies ligeramente en alto respecto al otro, e ir alternado entre el pie derecho y el izquierdo. Os aconsejamos seguir las recomendaciones para prevenir y mejorar vuestra salud a largo plazo.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Cómo actuar ante un golpe de calor. Es importante saber cómo proceder en una situación tan arriesgada, por ello si creemos que una persona está sufriendo un golpe de calor es fundamental actuar con la máxima celeridad tomando las siguientes acciones: Llamar al servicio de emergencias: este es el primer paso que hay que dar, ya que es clave que podamos contar con la asistencia de profesionales sanitarios. En España, Europa y multitud de países de todo el mundo el número de referencia es el 112. Reducir la temperatura corporal: quitar o aflojar la ropa, usar paños húmedos o esponjas o incluso rociar o sumergir a la persona en agua pueden ser acciones realmente efectivas. Alejar a la persona del calor: evitar que la persona esté al sol o en contacto con la fuente del calor y recostarla en un espacio con sombra y ventilado. Ofrecer agua para beber: siempre que la persona esté consciente, es importante ofrecerle agua para que se hidrate poco a poco. Os aconsejamos seguir las recomendaciones para prevenir y mejorar vuestra salud a largo plazo.
Higiene postural en trabajos sentados.
Como comentamos en la entrada de la semana pasada, la higiene postural en el trabajo es esencial y no debemos olvidarlo, aunque estemos sentados. Este tipo de puestos de trabajo, también llamados “de oficina”, suelen generar posturas forzadas que se prolongan en el tiempo, lo que es un factor de riesgo importante en la aparición de trastornos musculoesqueléticos. A continuación, detallamos los principales aspectos a tener en cuenta para evitarlo o minimizarlo: La mesa o el plano de trabajo debe estar a una altura que permita trabajar sin tener que inclinarnos hacia delante, y mantener una posición erguida y con la espalda pegada al asiento. Es muy recomendable levantarse y andar brevemente cada 30 minutos aproximadamente. Las piernas deben doblarse en un ángulo lo más cercano a los 90º posible, con los pies apoyados en el suelo o en un reposapiés y las rodillas al mismo nivel que las caderas o ligeramente por encima. La pantalla debe situarse a unos 50 a 60 cm de nuestra cara, y su parte superior debe estar a la misma altura que los ojos. La silla debe estar suficientemente cerca de la mesa como para permitir la postura comentada en los puntos anteriores, y contar siempre con un respaldo. Si los reposabrazos de la silla no lo permiten, será necesario prescindir de ellos. El ángulo entre el cuerpo y las piernas debe aproximarse a los 90º, manteniendo siempre la espalda pegada al asiento desde su base, con la cabeza erguida y los hombros relajados. También debemos intentar mantener un ángulo de 90º en la flexión de los brazos, y tener los elementos de trabajo (teclado, ratón o similares) al mismo nivel para evitar posturas asimétricas. Los elementos de uso común deben estar situados de manera que se eviten torsiones o posturas forzadas, y en caso de que necesitemos hacerlas, debemos intentar girar todo el cuerpo a la vez. Os aconsejamos seguir las recomendaciones para prevenir y mejorar vuestra salud a largo plazo.