La normalización del virus y su «gripalización»

Sanidad ya no exigirá el aislamiento de todos los pacientes que den positivo en cualquier prueba diagnóstica del coronavirus tras haberse infectado con el virus.

Según la nueva estrategia del ministerio, los pacientes contagiados asintomáticos o con un cuadro sintomatológico leve (que podría ser similar al de un resfriado o una gripe) ya no tendrán que hacer cuarentena como hasta ahora.

Los trabajadores contagiados pero que no experimenten graves síntomas por la infección podrán seguir trabajando en sus puestos sin necesidad de aislarse en sus casas. La única medida prevista será la de llevar en todo momento puesta la mascarilla para evitar contactos estrechos con el resto de la plantilla.

¿Quiénes tendrán que hacer cuarentena por covid?

El ministerio ha previsto que solo tendrán que aislarse los pacientes que pertenezcan a grupos de riesgo, como los mayores de 65 años, enfermos crónicos o inmunodeprimidos además de aquellos que, aunque no pertenezcan a este grupo, experimenten síntomas más graves durante la infección.

En cambio, la Comisión de Salud Pública ha determinado que las personas residen o trabajan en ámbitos vulnerables -centros sanitarios asistenciales, centros sociosanitarios y centros de día que prestan asistencia sociosanitaria, centros penitenciarios y otros centros con personas institucionalizadas- y los trabajadores que prestan apoyo y cuidados a personas vulnerables no acudirán a su centro de trabajo durante los primeros cinco días desde el inicio de síntomas o de la fecha de diagnóstico en caso de personas asintomáticas. 

Podrán reincorporarse a sus puestos o vida normal tras cinco días y siempre y cuando hayan pasado al menos 24 horas sin fiebre y se haya registrado una mejoría de los síntomas. «Necesitarán un test de antígenos negativo para poder incorporarse a su lugar de trabajo», indica el protocolo.

Los objetivos de esta Estrategia son:

– Vigilancia, prevención y control de la infección activa por SARS-CoV-2 y con especial seguimiento de la evolución epidemiológica en ámbitos y grupos vulnerables.

– Evaluación del impacto de la COVID-19 a partir del análisis de los casos graves y fallecidos.

– Vigilar los cambios de patrones epidemiológicos de la enfermedad así como la aparición de nuevas variantes que puedan condicionar una peor evolución de la epidemia, para poder tomar medidas de forma precoz.

– Establecer indicadores de seguimiento que permitan instaurar las medidas de control oportunas en caso necesario.

– Favorecer la normalización de la asistencia sanitaria tras la fase aguda de la pandemia minimizando los riesgos

La decisión tomada por el ministerio tiene en cuenta la amplia inmunización de la población gracias a la protección de la vacuna contra el covid y la tercera dosis. Esta nueva etapa implica «aceptar un cierto nivel de transmisión» entre la población joven, sana y vacunada para poner el foco en las personas con mayor vulnerabilidad.


Como técnico me gustaría resaltar que pese a que se está normalizando el virus, no olvidemos seguir con todas las medidas de protección en los centros de trabajo, es importante evitar el contagio: ventilación, lavado frecuente de manos, etc. 

¡SUSCRÍBETE!

Loading